9 abr 2025

COMPASS ROSE - Capítulo 38

Hola, hola!!!! 

¿Cómo están todos? espero que muy bien y si no es así les mando un súper fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa. 

Primero que todo lamento muchísimo la demora con éste capítulo, pero la tercera parte de Heat me drenó totalmente, pero amé muchísimo culminar la historia del Takachii y estoy ansiosa por lo que se viene, he estado pensando últimamente en hacer de ésta una serie de historias diversas basadas en el mundo del omegaverse, con diferentes parejas y así, pero todo a su tiempo y si se me ocurre algo nuevo que contar. 

Muchas gracias como siempre por sus lindos comentarios y amor a Compass Rose, amo muchísimo ésta historia y espero que disfruten mucho de éste nuevo capítulo, espero poder publicar el siguiente a tiempo. 

¿Hasta ahora qué personaje les gusta más? Yo adoro a Hikaru, aunque Yuya es muy inocente y eso es lindo. 

Nos leemos nuevamente en el siguiente. 




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan


Capítulo 38

*Hikaru*

- Dios santo Hikaru ¿Cómo se te ocurre sucumbir a éstas cosas? – Susurro para mí mismo mientras camino por los oscuros pasillos del castillo, iluminando mi camino con una pequeña vela, cuidando de que ningún guardia que ronda por estos lares me vea, encontrándome al caballero Keito esperando frente a la puerta, haciéndome sentir más avergonzado.

- El príncipe lo está esperando – dice en voz muy baja, haciendo una leve reverencia.

- Gra… Gracias – digo nerviosamente.

- Yo estaré rondando el lugar mientras ustedes…

- No digas nada más por favor… – digo interrumpiéndolo con voz temblorosa. 

- Está bien, entonces me retiro – dice haciendo otra leve reverencia antes de comenzar a caminar, mientras que yo suspiro profundamente al estar frente a la puerta de la habitación del príncipe que me hace hacer locuras por amor, golpeando suavemente ésta, notando que está abierta.

- Aquí voy… - Suspiro profundamente antes de comenzar a abrir la puerta con lentitud, encontrando a mi adorado príncipe sentado en el borde de la cama, notablemente nervioso.

- ¡Hikaru! – Exclama con sorpresa, al parecer no se había dado cuenta de mi llegada – viniste – dice con gran alegría, levantándose de donde está para llegar rápidamente a mi lado, abrazándome con fuerza – ya estaba pensando que no vendrías.

- Claro que iba a venir – sonrío, correspondiendo a su abrazo – te lo prometí ¿no es así? – Pregunto apoyando una de mis manos en su espalda, acariciándola suavemente, notando la suavidad de la seda de su camisón de color rojo.

- ¿Te gusta? – Pregunta Ryosuke apartándose un poco, dando una vuelta para mostrarme su vestimenta para ésta noche, tragando saliva al ver que su camisón le llega hasta un poco más arriba de sus rodilla.

- Sí, te queda muy bien – digo desviando mi mirada por unos segundos, tratando de mantener la compostura.

- Lo compré hace poco, especialmente para éste día – dice con un leve sonrojo en su mejillas, volviendo a envolver mi cintura con sus brazos – quiero estar contigo, quiero ser tuyo… - Susurra antes de besarme, primero dulce y luego escalando a algo más fogoso, dejándome hacer, correspondiendo a cada uno de sus besos y caricias con la misma intensidad, bajando un poco mis manos para acariciar una de sus piernas por debajo del camisón, recordando de repente algo importante.

- Es… Espera un momento… - Interrumpo con mi respiración agitada, apartándome un poco de él para sacar una botella de mi bolsillo.

- ¿Qué es eso? – Pregunta un poco desconcertado, pero también curioso, esperando mi respuesta.

- Necesito que lo bebas – digo con seriedad, riendo internamente al ver su expresión confusa – no te preocupes no es nada malo, sólo es una bebida a base de hierbas, quizás si tiene un mal sabor, pero es para evitar que quedes en cinta en caso de que tú y yo lleguemos a más ésta noche.

- ¿Deseas que lleguemos a más? – Pregunta tomando con delicadeza la pequeña botella, observándola detenidamente.

- Llegaré hasta donde me lo permitas – digo acariciando su rostro, tan suave y delicado, digno de un príncipe como lo es él.

- La beberé – dice con una enorme sonrisa, destapándola y bebiendo su contenido de un solo golpe, cambiando su expresión a una de asco total.

- Te dije que sabía horrible – digo entre risas – también lo he bebido antes de venir acá.

- Siendo sincero, no me molestaría quedar en cinta – ríe.

- Pues tendrás que esperar a que eso suceda porque ahora no lo creo conveniente – digo tomándolo entre mis brazos, llevándolo a paso lento hacia la cama.

- ¿Tengo que tomarlo cada vez que vayamos a hacerlo? – Pregunta dejándose acostar suavemente sobre la cama.

- Sí – respondo abriendo ligeramente sus piernas, acomodándome en medio de ellas.

- Entonces tendrá que ser muchas veces…

- ¿Quieres hacerlo muchas veces? – Pregunto pasando mis labios por su cuello.

- Si… - Gime por el ligero contacto, envolviendo mi cintura con sus piernas, intensificando el roce entre nuestras entrepiernas.

- Estás muy excitado… – río nerviosamente al sentir su miembro semi erecto.

- Sólo bésame… - Susurra moviendo sus caderas de una manera suave pero también sensual, volviendo a besarle, sintiendo como poco a poco dejo de sentirme nervioso y sólo me dejo llevar por mis sentimientos por él.


*Ryosuke* 

- Eres hermoso… - Susurra al momento de desvestirme por completo, mirándome con un deseo que hace que me sienta avergonzado, tratando de cubrir mi cuerpo desesperadamente con las manos.

- Si no quieres hacerlo sólo dímelo – dice con una amable sonrisa.

- No… Sí quiero… Es sólo que…

- ¿Tienes miedo? – Pregunta preocupado.

- Un poco – río nerviosamente – pero también me siento muy emocionado.

- ¿Estás emocionado? – Pregunta retirando suavemente mis manos, entrelazando nuestros dedos.

- He estado esperando esto por muchos años – respondo con total sinceridad.

- ¿Desde la primera vez que nos vimos?

- Sí… - Sonrío, sintiendo mi rostro enrojecer al pasar de los segundos – te he amado y deseado desde ese primer encuentro que tuvimos – suspiro profundo – aquella vez sólo quería conocer por mi cuenta el reino del príncipe con el que supuestamente me casaría, pero apareciste tú entre la multitud y lo único en lo que pude pensar es que eras tú con el que quería compartir mi vida – recordando con claridad cada momento de ese día – y el que ahora estemos a punto de compartir un momento tan íntimo me hace sentir tan abrumado.

- Yo en cambio pensé que eras un chico un poco molesto – ríe – pero después de ese día lo único que ocupaba todos mis pensamientos eras tú – dice acercando sus labios a los míos, rozándolos solamente – y aunque no lo creas yo también me siento abrumado, de estar así contigo – susurra juntando nuevamente nuestros labios, con la misma pasión de hace unos momentos, envolviendo su cintura con mis piernas, jadeando al sentir su dureza rozar con la mía, creándose un vaivén exquisito entre ambos, dejándome llevar completamente por todas las nuevas sensaciones que estoy experimentando.

- Te amo… - Susurro al tener un par de sus dedos en mi interior, preparándome para lo que vendrá a continuación, sintiéndome asustado, pero al mismo tiempo tan ansioso de

- Yo también te amo… - Dice con una dulce sonrisa, besando mi frente sin dejar de lado lo que está haciendo, mientras hace un camino de besos por el resto de mi rostro hasta llegar a mi cuello y bajar un poco más hasta donde están mis pezones, dándole la misma atención a cada uno de ellos con su boca y lengua.

- Hika… - Jadeo al correrme por tanta estimulación, sintiendo un poco de ese líquido sobre mi vientre, siendo nuevamente besado en los labios por Hikaru, mientras éste vuelve a acomodarse entre mis piernas, recibiendo el doloroso placer de tenerlo en mi interior.

Las embestidas poco a poco fueron incrementando en velocidad y fuerza a medida que me iba acostumbrando, aferrándome fuertemente a su espalda, luchando contra las inmensas ganas de jadear fuertemente, pero no puedo hacerlo, alguien podría casualmente pasar y escuchar nuestras obscenidades, sintiéndome satisfecho al corrernos casi al mismo tiempo, saliendo de inmediato de mi interior y acomodar su cabeza sobre mi pecho, respirando agitadamente, mientras que yo acaricio sus cabellos con suavidad, deseando estar así por siempre con él.

- Por favor quédate conmigo ésta noche – digo en un susurro.

- No creo que pueda hacer eso – dice levantando un poco la cabeza para mirarme – ya nos estamos arriesgando demasiado.

- Lo sé – digo haciendo un puchero – pero aunque sea quédate un ratito más ¿Sí?

- Está bien – dice sonriente, volviendo a juntar nuestros labios, disfrutando cómodamente del calor del otro.

 
*Yuto*

- Yuto ¿está bien si duermes solo ésta noche? – Pregunta Daiki ya con su ropa para dormir puesta, mientras que yo me encuentro terminando un trabajo de mi clase de caligrafía.

- ¿Vas a pasar la noche con el Señor Kei? – Pregunto de vuelta.

- Sí – responde sin titubear - es que quedamos de hablar de algo importante y…

- Entiendo… - ¿No pudieron hablar durante todo el tiempo que estuvieron juntos en Cottonland? Pregunto para mí mismo, sintiéndome avergonzado por mis pensamientos, soy más que consciente de lo cercanos que han sido ambos desde siempre no debería de molestarme, pero aun así lo hace.

- ¿Sucede algo? – Pregunta luego de un rato en el que me quedé en total silencio.

- No, no es nada – sonrío – ya estoy agotado – digo cerrando mi libro.

- Entonces que pases buena noche hermanito – dice dándome un beso en la mejilla para después salir sin hacer mucho ruido de la habitación que compartimos, dejándome solo nuevamente.

- Pensé que ésta vez podríamos pasar el tiempo juntos después de su regreso – digo dando un largo y profundo suspiro, poniéndome mi pijama y un abrigo para salir a dar una vuelta por los alrededores, necesito aire fresco para pensar.

Me dirijo al jardín, sentándome en una de las bancas para maravillarme con el precioso cielo nocturno siendo adornado por la luna y las centelleantes estrellas, haciéndome sentir relajado.

- Prin… ¿Yuto? – Pregunta de repente una voz demasiado familiar a éste punto, sintiendo un vuelco extraño en mi corazón.

- ¿Keito? – Pregunto mirando hacia el lado por el que provenía aquella voz, confirmando que se trata de él.

- Sí, soy yo – dice sonriente - ¿Qué haces aquí? ¿No puedes conciliar el sueño?

- No es eso realmente – respondo apenado – sólo quería pensar.

- ¿Pensar? – Pregunta mirándome confundido - ¿puedo? – Pregunta señalando la banca, pidiéndome permiso para sentarse a mi lado, asintiendo lentamente.

- La verdad es que me peleé con Daiki – digo ante su mirada de sorpresa – bueno, realmente no peleamos, todo ocurrió en mi cabeza.

- ¿Y por qué estás molesto con el príncipe?

- Es una tontería – digo tratando de evitar el tema, pero Keito me mira preocupado, realmente interesado en escucharme.

- No es una tontería si te afecta tanto.

- La verdad es que extraño pasar tiempo con mis hermanos – sonrío con tristeza – desde que Yuya se convirtió en Rey nuestro tiempo juntos se fue desvaneciendo poco a poco y con Daiki está pasando lo mismo a medida que crecemos, al igual que con Yuri… – suspiro – sé que no debería de molestarme por ello, pero es casi inevitable no sentirme solo en ocasiones, el pensar que no soy importante para ellos.

- Creo que entiendo a lo que te refieres – dice con una leve sonrisa.

- ¿Te has sentido así antes?

- Sí, es más común de lo que crees – sonríe con amargura – pasó mucho durante mi entrenamiento como caballero real.

- ¿Entonces no piensas que estoy exagerando? – Pregunto sintiéndome algo culpable por mis recientes pensamientos.

- No creo que lo estés haciendo– sonríe amable – lo que sientes es muy válido, pero pienso que deberías de hablarlo con esas personas, no creo que lo estén haciendo con mala intención o que siquiera sea adrede.

- Creo que tienes razón – digo con una leve sonrisa, sintiendo como si un peso se me hubiese quitado de encima – muchas gracias por tus palabras.

- Es un gusto poder ayudarte aunque sea un poco.

- ¿Y qué haces por aquí a éstas horas? – Pregunto ahora.

- Estaba paseando un poco antes de irme a dormir.

- ¿Sales a pasear todas las noches?

- No siempre – ríe, notándose algo nervioso, pero no le doy mucha importancia – sólo hoy si tuve muchas ganas de hacerlo.

- Ya veo – sonrío volviendo a dirigir mi mirada hacia las estrellas, notando que él hace lo mismo, quedándonos en silencio mientras las observamos por un largo rato, bostezando de repente – avergonzándome un poco.

- Deberías ir a dormir.

- Sí, en verdad que debería… - Digo bostezando nuevamente.

- ¿Quieres que te acompañe?

- No, no creo que debas molestarte – sonrío, sintiendo mis manos sudar un poco.

- Por favor, permíteme hacerlo – dice con cierta insistencia.

- Está bien, acompáñame – digo resignado, comenzando a caminar de vuelta a mi habitación junto con él, hablando en voz muy baja durante el camino.

- Hemos llegado – dice Keito al estar frente a la habitación que comparto con mi hermano, deteniéndonos frente a la gran puerta.

- Muchas gracias por acompañarme – digo con una leve sonrisa.

- Es todo un honor para mí – dice haciendo una reverencia, a veces no me gusta que sea tan formal conmigo, pero quizás no puede evitarlo, se ha criado para servirle a la realeza.

- Que pases buena noche.

- Igualmente – responde, cerciorándose primero de que entre a ésta, regresando por el camino en el que vinimos.

- Que grande es ésta habitación – digo tirándome sobre la cama, mirando el techo por largo rato, con todos mis pensamientos revoloteando dentro de mi cabeza, recordando las palabras dichas por Keito con anterioridad, saliendo nuevamente de mi habitación con un destino en mente.


*Yuya*

Me remuevo un poco sobre mi cama al sentir los rayos del sol sobre mis párpados, notando que no puedo moverme con facilidad, como si algo me estuviese sosteniendo fuertemente de la cintura, girando con dificultad logrando ver por fin a la persona que me tiene preso entre sus brazos.

- Yuto – susurro suavemente, sorprendido de verlo aquí, hacía varios años que había dejado de venir aquí en las noches - despierta Yuto – sonrío moviéndolo un poco, logrando que abra sus ojos con pereza.

- ¿Ya es de día? – Pregunta cerrándolos nuevamente, escondiendo su rostro en mi pecho, haciéndome reír un poco de lo tierno que se ve, haciéndome sentir un poco nostálgico.  

- Sí – sonrío acariciando sus cabellos - ¿en qué momento entraste?

- No lo sé… Quizás después de medianoche – dice sin apartarse ni un milímetro.

- ¿Tuviste alguna pesadilla?

- No – responde – sólo quería dormir contigo, como en los viejos tiempos y porque quiero hablar contigo.

- ¿Hablar? ¿Sobre qué? ¿Ocurre algo malo? – Pregunto con preocupación.

- No es nada malo, creo – dice apartando su rostro de mi pecho para mirarme - he estado pensando mucho últimamente en que me gustaría pasarme a una habitación sólo para mí.

- ¿Has tenido algún problema con Daiki? – Pregunto curioso.

- No, para nada – sonríe – es sólo que deseo tener un espacio para mí, para mis trabajos y no causarle incomodidad a Daiki.

- Entiendo – sonrío – si eso es lo que deseas te doy mi permiso.

- ¿En serio? Gracias hermano – dice abrazándome con fuerza.

- Por favor avísame cuando la escojas para que los caballeros te ayuden con la mudanza.

- Sí, lo haré – sonríe amplio, sin dejar de abrazarme.

- ¿Quieres ir a desayunar? – Pregunto, mientras éste niega con la cabeza.

- Quiero quedarme a dormir un poco más aquí ¿puedo?

- Está bien, descansa – sonrío, acariciando sus cabellos por última vez antes de levantarme, mientras él se acomoda en mi cama, quedando dormido al instante. Yendo finalmente a alistarme para el tedioso día de trabajo que me espera, viniendo a mi mente la linda sonrisa de Yuri, haciéndome sentir muy feliz.

Después de estar completamente listo, me dirijo hacia la sala del comedor, encontrándome con Hikaru todavía desayunando en ésta, saludándome con una reverencia.

- ¿Dormiste bien? – Pregunto al notar que se ve algo cansado todavía.

- Sí, si dormí bien, es sólo que me desperté muy temprano.

- ¿Y eso? ¿Tienes mucho trabajo por hacer?

- Exactamente su majestad.

- Buenos días – dice animadamente Yuri al entrar a la sala, reverenciándose ante mí con esa preciosa sonrisa que desde un tiempo atrás hace estremecer mi corazón de una forma que no había sentido antes.

- Buenos días… - Respondo todavía anonadado por su presencia.

- Buenos días hijo ¿Cómo amaneciste? – Pregunta Hikaru haciéndome salir de mi pequeño trance, siguiendo con mi mirada cada movimiento de Yuri, quién se sienta al lado de su padre.

- Muy bien papá – sonríe – por cierto ¿dónde estabas anoche? – Pregunta de repente a Hikaru, quién lo mira atónito ante su pregunta.

- En mi habitación ¿por qué lo preguntas? – Dice nerviosamente.

- Es que anoche fui a buscarte y no te encontré ahí.

- De pronto fue cuando salí a dar un paseo nocturno.

- ¿Un paseo nocturno? – Lo mira con curiosidad, mientras que yo sigo escuchando atento su conversación, desayunando despacio.

- Sí, es que no podía conciliar el sueño y salí a caminar un rato – sonríe – y por eso quizás cuando fuiste a mi habitación no me hallaste en éste.

- Debe ser eso – dice sonriente.

- ¿Y para qué me buscabas? – Pregunta Hikaru.

- Quería dormir contigo – dice un tanto apenado, quizás por decir algo así ante mi presencia.

- ¿Y por qué no te quedaste?

- No sabía si ibas a llegar pronto así que preferí ir a dormir con mi padre.

- Para la próxima avísame con anterioridad – dice sonriéndole con cariño, mirando la hora en su reloj de bolsillo – tengo que irme ahora, ya deben estar esperándome.

- ¿Vas a ir a los campos hoy? – Pregunto.

- Sí, iré junto con el príncipe Ryosuke.

- Me alegra saber que el príncipe está muy interesado en nuestros campos.

- Sí, en verdad que le gustan mucho…

- Que te vaya muy bien papá – dice Yuri dándole un beso en la mejilla.

- Gracias hijo, nos vemos más tarde – dice alborotando un poco sus cabellos, reverenciándose antes de salir del lugar con rapidez, dejándonos solos, tomando Yuri la palabra.

- Lamento mucho la conversación de hace rato.

- ¿Por qué? ¿Por lo de dormir con tus padres? – Pregunto mientras él asiente avergonzado, enternecido por su expresión - no te avergüences por eso – sonrío – yo también solía dormir con mi padre a tu edad.

- ¿En serio su majestad?

- Sí, era muy agradable – sonrío de sólo recordarlo – así que disfrútalo tanto como puedas.

- Gracias su majestad – sonríe con dulzura, quedándome nuevamente embobado con su sonrisa.

- Y si en algún momento tus padres no están en el castillo puedes ir a dormir conmigo si lo deseas… - Digo sintiendo mi rostro enrojecerse por tal propuesta tan indecorosa ¿pero por qué pienso que es algo indecoroso? – No hagas caso a eso que dije – digo apenado, levantándome de la silla con rapidez, dispuesto a irme.

- En verdad no me molestaría su majestad – dice tomando una de mis manos, sosteniéndola con fuerza, acercándose a mi cuerpo, demasiado cerca sintiendo mi cuerpo temblar un poco.

- No es necesario que lo hagas, sólo fue un pensamiento que se me escapó…

- Pero te estoy diciendo que no me molestaría hacerlo – dice mirándome fijamente, perdiéndome en la profundidad de sus ojos.

- Es mejor que vayamos a trabajar, hay mucho por hacer hoy – digo tratando de evadir todo lo que de repente estoy sintiendo, así que respiro profundamente y espero a que Yuri termine de desayunar para ir juntos a mi despacho, revoloteando una misma pregunta alrededor de mi cabeza ¿Qué demonios me está pasando?


CONTINUARÁ...



1 comentario:

  1. AAAAAAAAAAAHHH ME MORÍ 😱
    Hikaru todo responsable, él si hace bien la tarea jajajaja me encanta esta pareja. Admito que tengo un crush con el príncipe Ryosuke, no me escondo, es un ser de luz sin maldad 🥰
    Amo mucho a Yutti, me sentí muy identificada jajajaja 😂 necesito que haya algo ahí con Keito quizás 🤭
    Yuya me hace suspirar de amor, cómo un rey no puede ver más allá de su nariz? Date cuenta hermano, Yuri muere de amor por usted, majestad.
    Tremendo como siempre y sobre todo hermoso, espero el siguiente capítulo con ansias 🥰

    ResponderEliminar