Hola hola!!!!!
¿Cómo están? Espero que muy bien y si no es así les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una sonrisa.
Primero que todo muchas felicidades a Hikaru por el anuncio de su matrimonio, espero que sea muy muy feliz y que pronto tengamos noticias de bebé en camino (apenas se andan casando y ya quiero que tengan hijos jajajajaja) y también después de meses de sequía por fin se ha anunciado el nuevo single UMP!!!! ¿Ya vieron el MV? Es hermoso, no dejo de verlo ni de escuchar la canción!!!! y al parecer se vienen muchísimas cosas más, así que hay que esperar.
Muchas gracias como siempre por su amor y sus lindos comentarios, me hacen muy muy feliz!!!!
Nos leemos en el siguiente mes!!!!!
Capítulo 33
*Daiki*
- Señor Kei, príncipe Daiki… - Escucho una voz que
proviene de algún lugar desconocido, haciendo que me remueva en donde estoy,
pero no quiero abrir los ojos, me siento muy cansado…
- Mi príncipe, despierta por favor – escucho después de
un rato la dulce y somnolienta voz del señor Kei, esa hermosa voz que conozco a
la perfección, haciendo que a regañadientes y con algo de emoción abra mis ojos
para que lo primero que vea sea su bello rostro, adornado por una linda
sonrisa.
- ¿Ya llegamos? – Pregunto sonriente, mientras que
lentamente me acomodo en mi asiento del carruaje.
- Todavía no, pero ya dentro de poco llegaremos al
palacio, Fuma fue muy amable de despertarme.
- Con que esa era la voz… - Digo en un susurro más para
mí mismo, la voz de uno de los 2 caballeros reales que han venido con nosotros
a éste viaje.
- Desde aquí ya se puede ver el palacio – dice Kei
mientras mira por la ventana, con sus ojos tan brillantes como luceros.
Asomándome a ésta para ver lo que mi persona amada está viendo, notando lo
diferente que es el palacio de éste reino a nuestro castillo.
- Es hermoso – digo mirándolo con asombro,
- Y por dentro lo es mucho más – dice con una gran
sonrisa – y los campos de algodón son muy hermosos también.
- Anhelo mucho verlos junto contigo.
- Los veremos – sonríe, haciendo que me pierda un poco en
su sonrisa.
Seguimos hablando de trivialidades mientras mirábamos por
la ventana del carruaje, notando cada vez más lo cerca que estábamos del
palacio del reino de Cottonland, sintiéndome un poco nervioso.
- Bien, llegamos – dice Kei al detenerse el carruaje
frente al palacio – lo harás bien, tu manejo del idioma es muy bueno.
- Gracias – respondo tratando de relajarme un poco,
notando que la puerta del carruaje ha sido abierta por uno de nuestros
caballeros reales. Respiro profundamente antes de ponerme de pie y caminar
hacia la salida, siendo ayudado por Fuma.
- ¡Kyungsoo! – Exclama Kei al momento que ha puesto un
pie fuera del carruaje al divisar a su amigo quién está acercándose a nosotros
con total prisa, dándose un fuerte abrazo que me hace sentir algo inquieto.
- ¡Kei! ¡Cuánto tiempo! – Exclama éste también mientras
corresponde al abrazo.
- Mucho ¿verdad? – Dice emocionado.
- Lo mismo digo señor Kyungsoo – digo algo molesto, no
porque me ignorase sino por lo cercano que siempre ha sido con Kei.
- Mis disculpas príncipe, no era mi intención ofenderlo –
dice haciendo una reverencia – me ha ganado la emoción de ver nuevamente a mi
gran amigo, no volverá a pasar – dice con una gran sonrisa – pero sigan, deben
estar agotados por tan largo viaje.
- Muchas gracias, la verdad que si ha sido un viaje muy
agotador – dice Kei mientras comenzamos a caminar hacia la entrada del palacio,
mientras el señor Kyungsoo le ordena a los sirvientes que ayuden a sacar
nuestras pertenencias del carruaje. Mientras que yo observo cada cosa a mi alrededor.
Llegando finalmente a lo que parece ser el salón principal.
- Por favor tomen asiento ¿desean comer o beber algo? –
Pregunta amablemente.
- ¿Tienen café? – Pregunta Kei – en mi reino no suele
tomarse mucho, así que llevo años sin probarlo.
- Por supuesto – sonríe - ¿deseas algo príncipe?
- Agua por favor – respondo mientras Kei y yo nos
sentamos en uno de los sofás que se encuentran en el salón, quedando muy cerca
de él, invadiendo quizás su espacio personal, pero no me importa.
- Lamento mucho que el Rey Junmyeon no pueda recibirlos
ahora, tuvo que salir de viaje hace unos días, pero mañana al amanecer estará
de vuelta.
- ¿Es por algo grave? – Pregunta Kei.
- No, ha sido por cuestiones de negocios, nada de qué preocuparse
– sonríe – hace muchos años no te veía príncipe Daiki – dice el señor Kyungsoo
sentándose en un sillón frente a nosotros – desde que tenías catorce ¿estoy en
lo correcto?
- Totalmente en lo correcto – respondo recibiendo una
mirada de desaprobación de parte de Kei por la manera tan seca en la que le he
respondido.
- El príncipe que recordaba era mucho más sonriente –
dice sin cambiar su expresión amable.
- Debe ser por el cansancio del viaje – dice Kei.
- Lo entiendo – ríe - yo estaría igual de malhumorado,
así que te comprendo perfectamente príncipe – sonríe – pero si lo deseas puedes
ir a descansar, hemos preparado una habitación para ambos, espero no les
moleste compartirla.
- No, no es ninguna molestia compartirla, el príncipe y
yo tenemos una relación muy estrecha ¿no es así príncipe?
- Así es, no es la primera vez que pasamos la noche
juntos en el mismo cuarto o inclusive la misma cama.
- ¡Príncipe!
- Es bueno saber que no hay problema con compartir la
habitación y la cama – sonríe.
- ¡Kyungsoo! – Exclama Kei avergonzado y con un notable
color rojo adornando su rostro, pocas veces lo he visto así y siento algo de
envidia que sea otra persona que lo haga lucir así.
- Entonces ¿deseas ir a descansar príncipe?
- Gracias, pero estoy bien, lamento si estoy sonando algo
grosero – digo tratando todo lo posible de no parecer un idiota, ¿por qué me
estoy comportando así? Es sólo su amigo y está comprometido…
- Por cierto, siento mucho no haber podido venir a tu
boda Kyungsoo – dice Kei con notable pena, inclinando un poco su cabeza como
disculpa.
- No te preocupes Kei, igualmente fue algo muy privado y un
poco a las carreras.
- ¿Te casaste? – Pregunto totalmente sorprendido ¿por qué
no lo sabía? No recuerdo haberlo escuchado de alguien en el castillo.
- Sí, hace siete meses - sonríe ampliamente - de hecho
nuestro bebé ya tiene un mes de nacido.
- ¡¿Un bebé?! – Exclamo todavía sin salir de mi asombro -
¿por qué no me lo dijiste? – Pregunto a Kei totalmente consternado.
- ¿En verdad no te lo dije? – Pregunta a lo que yo muevo
la cabeza en gesto negativo - lamento mucho no habértelo dicho mi príncipe –
dice apenado – pero todo fue tan rápido y había tanto trabajo en el reino que
posiblemente se me pasó decírtelo.
- De haberlo sabido antes hubiese traído un obsequio para
el bebé.
- No te preocupes, ya de por sí mi pequeño Jongsoo recibe
muchos regalos casi a diario – sonríe – muchas gracias – le dice a la jovencita
que ha traído nuestras bebidas - hasta tuvimos que destinar un cuarto para sólo
estos.
- Pues espero que los que traje puedan caber en éste –
dice Kei divertido.
- Haremos todo lo posible para que quepan.
- ¿Y dónde está ahora? – Pregunto curioso, sintiendo como
un peso se me ha quitado de encima.
- Está durmiendo la siesta junto con mi esposo, me
encantaría estar con ellos ahora, pero tengo trabajo que hacer y más ahora que
el rey no está.
- Lamentamos mucho si te estamos haciendo perder el
tiempo – dice Kei.
- No es ninguna molestia, de hecho ésta es una de mis
responsabilidades más importantes, del resto se encarga el príncipe Jongdae.
- ¿Y el príncipe Minseok?
- Él está ocupado con otro asunto, muy importante
también.
- Conociéndolo ya puedo hacerme una idea de qué se trata.
- Y creo que estás totalmente en lo correcto.
- ¿De qué habla? – Pregunto curioso.
- Está organizando un baile - responde el señor Kyungsoo
– un baile en honor a nuestros invitados especiales de Nasuland.
- No es necesario que lo hagan – dice Kei.
- Ya es demasiado tarde para retractarse – sonríe –
además fueron órdenes del rey y el príncipe Minseok encantadísimo se puso manos
a la obra, no hay poder humano que lo detenga.
- Es como el señor Hikaru – río de sólo pensarlo.
- Exactamente, si se juntaran harían una gran fiesta, la
más grande de todas – reímos los tres de sólo imaginarlo - ¿en serio que no
quieres ir a descansar príncipe? – Pregunta después de verme bostezar.
- Creo que tomaré su oferta señor Kyungsoo – digo volviendo
a bostezar.
- Tranquilo, ve y descansa – sonríe – más tarde podemos
ir a ver a mi bebé si gustas.
- Claro que sí.
- Por favor, lleva al príncipe a su habitación – le dice
a uno de los sirvientes.
- Como usted ordene mi señor – responde éste haciendo una
reverencia.
- Con su permiso – digo despidiéndome de ambos, comenzando
a seguir a mi joven gruía. Creo que me relajé tanto que de golpe comencé a
sentir todo el cansancio.
*Kei*
- Lo hiciste a propósito ¿verdad? – Pregunto después de
asegurarme que mi príncipe ya está lo suficientemente lejos del salón.
- ¿Cuál de todas las cosas? – Pregunta divertido.
- Lo de no saludarlo primero en la entrada del palacio.
- Ah, eso – ríe - sólo quería ver su reacción.
- ¡Tonto! Pudiste ocasionar una guerra por eso.
- No seas exagerado Kei – dice tomando su taza de café –
yo sé muy bien hasta donde puedo meter la pata con alguien y el príncipe Daiki
es muy pacífico y también muy lindo.
- Pero no tenías por qué hacer algo tan innecesario.
- De todos modos fue muy divertido – ríe - aunque me
siento un poco decepcionado.
- ¿Decepcionado? ¿Por qué?
- Porque pensé que el príncipe y tú ya habían avanzado
¿no se lo has dicho todavía?
- Kyungsoo, no es fácil, él es un príncipe…
- ¡No me vengas con esa excusa de nuevo! – Exclama
notablemente molesto – yo me he casado con uno de los príncipes de éste país y
no ha pasado absolutamente nada fuera de lo común.
- Pero ambos ya estaban comprometidos desde niños, es muy
diferente.
- Nos comprometimos porque desde el primer momento nos
amamos – dice con firmeza - todos los años siempre es lo mismo, que le vas a
decir sobre tus sentimientos pero al final nunca lo haces ¿Acaso estás
esperando que él se enamore del príncipe de Ichigoland?
- Él me ha dicho que no está interesado en él – digo
pensando en las palabras de mi príncipe.
- Kei, eres mi amigo y te aprecio mucho, pero ya estoy
cansado de verte sufrir por algo que se puede solucionar con una conversación
larga y sincera ¿en verdad no te das cuenta?
- ¿Cuenta de qué?
- ¿Sabes qué? – Suspira profundamente – mejor ve a tomar
una siesta con tu adorado príncipe porque veo que el viaje te sancochó el
cerebro – dice haciendo que me levante del sofá, empujándome hacía la salida
del salón – tengo cosas que hacer, así que te dejaré de tarea el reflexionar
sobre tus actos – dice con autoridad – por favor llévalo a su cuarto.
- Sí mi señor – responde uno de los sirvientes, mientras
que yo hago caso a su petición aún en contra de mi voluntad, ya está igual de
insoportable que Kota, aunque tengan razón.
Al llegar a la habitación me encuentro con mi príncipe
durmiendo sobre la enorme cama, confirmando que efectivamente íbamos a
compartirla durante nuestra estadía en éste reino.
- ¿Debería de dormir en el sofá? – Pregunto para mis
adentros viendo dicho mueble a unos metros de la cama – pero si lo hago mi
príncipe se molestará – río volviendo mi mirada hacía donde está mi príncipe,
sentándome en uno de los bordes de ésta para contemplarlo mucho mejor,
acostándome a su lado tiempo después hasta quedarme profundamente dormido.
*Daiki*
- ¿Qué debería hacer señor Kei? – Pregunto mientras
delineo con la yema de mi dedo índice cada facción de su rostro, pasando más de
una vez por sus labios rosas y carnosos, tragando saliva de tan sólo pensar en
besarlos, aunque sea sólo un pequeño roce… Apartándola rápidamente al ver que
lentamente abre sus ojos - ¿dormiste bien?
- Sí… - dice removiéndose un poco más hasta abrir
completamente los ojos - ¿Ya es tan tarde? – Pregunta al ver el color naranja
del cielo, el atardecer en su máximo esplendor – Ay no…
- ¿Qué sucede? – Pregunto preocupado al ver su expresión
de tristeza.
- Que nos saltamos el almuerzo – dice abultando sus
labios en un puchero, luciendo demasiado lindo… En verdad que quiero besarlo...
- De seguro nos han guardado – digo sin apartar mi mirada
de sus labios.
- Seguramente – sonríe dulcemente, al mismo tiempo que me
acerco un poco más a él, posando mi diestra suavemente sobre su cintura,
haciendo que se sobresalte un poco pero sin apartarse ni un milímetro de mi
cercanía ¿será una buena señal? - ¿Todavía quieres dormir?
- No, sólo quiero… - Se escuchan unos suaves golpes desde
la parte de afuera de la puerta de nuestra habitación. Doy un profundo suspiro
y sin saber si agradecer o no tan repentina interrupción me dirijo hacia ésta
rápidamente, como si mi vida dependiera de ello, abriéndola sólo para volver a
ver el rostro amable del señor Kyungsoo.
- ¿Interrumpí algo príncipe? – Pregunta con notable
preocupación.
- No, nada…
- ¿Seguro? Es que te veo un poco agitado.
- Es sólo que no quería hacer esperar al que estuviese
tocando la puerta.
- Hola Kyungsoo – dice Kei poniéndose a mi lado.
- Veo que les ha gustado mucho su habitación – dice de
una manera que podría describir como pícara, pero no podría asegurarlo, el
señor Kyungsoo es muy extraño - ¿durmieron bien?
- Sí, es muy acogedora – responde Kei.
- ¿Y a qué se debe su presencia señor Kyungsoo?
- Sólo quería saber si ya habían despertado – sonríe –
hace un par de horas vine y toqué varias veces, pero ya que nadie me abrió la
puerta supuse que todavía seguían durmiendo - ¿Quieren comer? Deben de estar
hambrientos.
- Sí, en verdad que lo estoy – dice el señor Kei.
- Yo también.
- En ese caso vamos al comedor, allá están mi esposo y mi
bebé esperándolos para que lo conozcan.
- Entonces no los hagamos esperar más – digo emocionado.
- Por favor acompáñenme – dice el señor Kyungsoo
comenzando a caminar con prisa, seguido de nosotros que a duras penas podemos
seguirle el paso ¿por qué tiene que ir tan rápido? Luego de pasar por varios
pasillos llegamos a la sala del comedor, sorprendiéndome de lo grande que es,
mucho más que el de mi castillo.
- El rey y yo también nos sorprendimos la primera vez que
vinimos cuando éramos niños – dice Kei entre risas.
- Y no es para menos.
- Príncipe Daiki, Kei – dice el señor Kyungsoo
acercándose a nosotros junto con un hombre mucho más alto que él y el que
parece ser su esposo y su pequeño bebé en brazos - él es mi esposo Jongin y
príncipe de Cottonland.
- Es un gusto conocerlo príncipe Daiki – dice con una
deslumbrante sonrisa, la verdad es que es muy hermoso.
- El gusto también es mío príncipe Jongin.
- Cuánto tiempo sin verte príncipe – dice Kei haciendo
una leve reverencia.
- Igualmente – sonríe – me hubiese encantado que vinieras
a nuestra boda, pero me alegra tenerte aquí de vuelta después de tanto tiempo.
- Y éste chiquitín es nuestro hijo Jongsoo – dice con
total alegría el señor Kyungsoo, tomando a su pequeño en brazos con orgullo.
- Es hermoso – digo viendo al pequeño bebé quién me mira
con curiosidad.
- ¿Quieres cargarlo? – Pregunta el señor Kyungsoo.
- ¿En serio puedo?
- Claro – dice acercándome al bebé, se ve tan frágil.
- Es pesado – sonrío mientras el pequeño me mira curioso.
- Come mucho – dice el príncipe – la mayoría del tiempo
está durmiendo o comiendo, pero eso es buena señal, será un hombre fuerte
cuando crezca.
- Mi príncipe se ve muy lindo con un bebé en brazos –
dice Kei haciéndome sonrojar.
- No creo que más que usted señor Kei – digo pasándole
con cuidado al bebé, confirmando lo anteriormente dicho, Kei se ve bellísimo y
no puedo evitar pensar en que así se vería con un hijo nuestro, pero mi
ensoñación se ve interrumpida por el llanto del pequeño Jongsoo.
- Debe tener hambre otra vez – dice el príncipe volviendo
a tomar a su hijo, arrullándolo para que deje de llorar y parece que surte
efecto, aunque el niño toca su pecho con insistencia – por el momento me
retiro, espero podamos hablar más adelante.
- Así será - dice el señor Kei, mientras que yo me
avergüenzo un poco de ver el dulce beso que se dan el par de esposos antes de
que el príncipe se retire.
- Por favor tomen asiento, ya he pedido a los sirvientes
que traigan su comida – dice el señor Kyungsoo.
- Muchas gracias – respondemos al unísono, sentándonos
uno al lado del otro en el lugar indicado, pensando en que si deseo hacer mi
sueño realidad tengo que apresurarme, porque cada vez se siente más asfixiante
el deseo de besarlo y no poder hacerlo.
Ay, me muero, Daiki está mostrando más interes en Kei (same, yo también me quedaría mirándole esa boquita linda que tiene), necesito que estos dos tontos se besen de una vez jajajaja y con el consejero lindoo sabiendo que Dai-chan quiere que duerma con él, me muero de AMOR, por favor. Se me pasan los capítulos en dos segundos y luego ahí estoy leyendo una y otra vez el fanfic desde el principio antes de dormir. Ya quiero saber si van a aprovechar este viaje para sincerarse entre ellos y que comience algo más serio, me da penita Kei que se cree poquita cosa para un príncipe, qué bobo. Ay no, se pone reeeee interesante.
ResponderEliminarQue bonitooo primera vez que veo a un Daki pasivo agresivo debido a los celos ♡♡
ResponderEliminarNo sé por qué cuando Kyungsoo le dijo que no le ve hace mucho tiempo me imaginé qué le iba a decir el típico "yo te alzaba cuando eras un bebé" X'D.
Ayyy por favor alguien peguele un zape a Inoo a ver si no se le arregla el cerebro, me da algo que se rebaje tanto solo porque Dai es un principe 🥺
Bueno no importa, pronto alguien va a hacer algo para que ellos puedan entender sus sentimientos
Nos leemos en el próximo capítulo
Rou chan
Dios mío tienen hijos!!! Me voy a morir! Un sueño menos, ya me los imaginé con niños corriendo por el reino, que buena visión.
ResponderEliminarEsta pareja siempre me a gustado tanto, aunque ya quiero verlos besarse y encargar un bello bebé
De antemano una disculpa por venir tan tarde, pero eh estado atareada, pero este fic siempre está en mis pensamientos con "ahora sí lo leo" y nada mejor que relajarme en un día de descanso con tu hermoso fic, un abrazo