2/11/18

Father's Love

Hola Hola 💕
Ya ha iniciado Noviembre y lamento nuevamente el retraso 😭
Pero bueno, hago esta entrada rapidita para dejarles el capítulo 47 😉
Muchas gracias por el amor y el constante apoyo 💗
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari 😘💘
Que lo disfruten 😃




Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 47

*Yasuda Shota*

- Papá… ¿Es necesario que te vistas así? – Pregunta mi hijo menor mirándome con desagrado al verme entrar a la sala del comedor.

- ¿Me veo mal?

- No es que te veas mal, sino que te ves ridículo.

- No le hagas caso papá, te ves adorable – dice Yuri saliendo de la cocina sonriente.

- Gracias hijo – digo un poco sonrojado.

- Eres la enfermera más bonita que mi papá podría tener – dice Yuya, saliendo también de la cocina, abrazando a Yuri por la espalda.

- Me hacen sonrojar – sonrío apenado.

- Además yo fui el que escogió el traje, aunque de ser para mí, hubiese usado uno más…

- ¡No digas nada Yuri! – Dice Ryutaro fastidiado.

- Ya, ya chicos, no avergüencen a Ryutaro – digo abrazando a mi pequeño, aunque ya me sobrepasa en altura - ¿Ya está listo el desayuno Yuri?

- Sí, ya lo he puesto en la bandeja.

- Gracias – digo yendo hasta la cocina, tomando la bandeja y caminando con cuidado de no tropezarme a la habitación que comparto con mi esposo.


*Yuri*

- Me hubiese encantado verte de enfermera sexy – dice mi novio dándome un delicado beso en la mejilla, mientras estoy terminando de preparar el desayuno para ambos.

- ¿Y tú qué serias? – Digo apagando el fuego y volteándome para quedar frente a frente con él, rodeando su cuello con mis brazos - ¿El paciente o el Doctor?

- El Doctor – sonríe con picardía – y hacerle un chequeo diario a la linda enfermera – dice comenzando a acariciar mi trasero, haciéndome gemir.

- ¡Ustedes son unos puercos! – Dice Ryutaro molesto – ¿Se les olvida que yo estoy aquí?

- Lo siento – digo separándome de mi novio aun sin querer hacerlo – es que cuando estamos juntos se nos olvida el resto.

- Esas son tonterías.

- Claro, tú no lo entiendes porque nunca te has enamorado.

- No sé qué hago perdiendo el tiempo aquí contigo, tengo tarea que hacer – dice antes de salir.

- ¿A éste qué le pasa?

- Ya sabes cómo es él mi amor – dice Yuyan volviéndome a abrazar por la espalda - ¿en qué habíamos quedado?

- En que ibas a chequearme – digo sonriente, aprovechando la posición para rozar mi trasero con su entrepierna, sintiendo que ya se está endureciendo.

- Pero no quiero que lo hagamos acá – dice moviendo su cadera un par de veces antes de apartarse, haciéndome gemir por tan placentero acto.

- Creo que es un buen día para estar fuera de casa – digo sonriente, besándolo fogosamente.


*Ryutaro*

- Son todos una parranda de pervertidos – digo murmurando camino a mi habitación, sintiendo de repente un tirón, terminando en brazos del idiota pervertido a quién lo alejo de mí de un empujón - ¿Pero qué haces? – Digo molesto.

- Perdón ¿te asuste?

- Claro que sí idio… - Callo al sentir la palma de su mano sobre mi boca.

- No hables tan fuerte.

- ¿Qué quieres? – Pregunto con un poco más de calma, aunque de pensar en estar con él en su habitación me pone de los nervios.

- Quería estar a solas contigo – dice con esa sonrisa de idiota.

- ¿Y para qué?

- ¿En serio lo preguntas? Ya te he dicho lo que siento por ti.

- ¿Y qué quieres que te diga? Me interesa bien poco si te gusto, ese es tu problema – digo volteándome para salir, pero él vuelve a rodearme entre sus brazos.

- ¿Qué sientes por mí? – Dice en un susurro muy cerca de mi oído, haciéndome temblar.

- Creo que ya te lo he dejado claro muchas veces…

- No me ha quedado claro – dice volteándome para sorpresivamente besarme con lentitud, sólo nuestros labios rozándose, sintiendo mi respiración chocar con la de él.

Pero no puedo dejar que el idiota pervertido se salga con la suya y me siga humillando, así que sin ningún titubeo golpeo fuertemente su entrepierna con mi rodilla, haciéndolo caer al suelo de inmediato, disfrutando de verlo tan indefenso y adolorido.

- Espero que con esto entiendas de una vez por todas que no me interesa tener algún tipo de relación contigo aparte de la de ser hermanastros, que me disgusta de hecho.

- Puedes insultarme, golpearme y hasta matarme si quieres – dice al poco tiempo, sonriendo de una manera que me ha hecho sentir escalofríos – pero eso no va a cambiar en nada lo que siento por ti y yo sé que tú también sientes lo mismo – dice finalmente, sin dejar de sonreír y sin pensarlo más salgo de la habitación, directo hacia la mía, encerrándome con seguro.


*Yasuda Shota*

- ¿Ya te he dicho que te ves precioso de enfermera?

- Sí – sonrío – me lo has dicho desde que entré a la habitación.

- Pero es que es verdad – sonríe - ojalá todas fueran tan bonitas y atentas como tú.

- Entonces estarías coqueteando con todas – digo un poco molesto.

- No te enojes - dice tomando suavemente mi mano – yo solo tengo ojos para ti y me frustra tanto verte tan lindo y no poder hacer cosas contigo.

- Pero es por tu bien, aunque… También extraño hacerlas… - Me estremezco al sentir su mano por debajo de la falda.

- Supongo que no habrá problema si te toco un poco – dice acercándola cada vez más a mi miembro.

- No creo que lo haya – digo acercando mi rostro al suyo para besarlo dulcemente, acostándome a su lado sobre la cama, no quiero lastimarlo si me acomodo encima – Además tengo que revisar muy bien al paciente – sonrío, comenzando a desabotonar lentamente la camisa de su pijama, acariciando la piel que queda expuesta – solo deja que yo me encargue de todo.

Vuelvo a apoderarme de sus labios de una manera más demandante, llevando mi mano derecha  hacia una de sus tetillas, endureciéndola con mi tacto.


*Okura Tadayoshi*

- Yasu… - Suspiro acomodándome de medio lado con cuidado.

- Yoshi… No te esfuerces.

- Tranquilo, es que así se me hace un poco más cómodo – sonrío, llevando nuevamente mi mano por debajo de su falda, apretando su trasero un poco - ¿No llevas ropa interior? – Pregunto volviendo a apretar.

- Es que no tenía nada adecuado para este traje – dice un poco avergonzado, es tan adorable.

- Eso se me hace muy sexy – digo llevando mi mano a su miembro, rodeándolo y masajeándolo, sintiendo rápidamente su dureza.

- No es justo… - Dice entre jadeos – se supone que yo debo atenderte – dice haciendo un adorable puchero, rozando mi miembro por encima del pantalón, jadeando entre besos.

- Sí, pero noto que tú también requieres de atención y urgente – digo apretando un poco su glande con mi dedo pulgar, sacándole un sonoro jadeo – Shhh, no seas tan escandaloso, los niños están en casa.

- Creo que en estos momentos eso es lo que menos me importa – dice moviendo su cadera, haciendo que intensifique el movimiento de mi mano sobre su miembro, al  mismo tiempo que logra liberar el mío de su prisión, rozándolos ambos intensamente, hasta conseguir que su semen saliera primero, salpicando mi miembro.

Mi esposo me besó ferozmente y luego de eso, me volvió a acomodar en la posición que tenía minutos antes, pasando sus labios y su lengua por todo mi torso hasta llegar a mi miembro que se encuentra todavía erecto, acomodando su cabeza en medio de mis piernas y luego de una placentera lamida desde la base hasta la punta, se lo introdujo entero, haciendo que grite de placer, llevando mis manos a su cabeza, marcándole el ritmo que deseo, al cual él cede completamente gustoso.

Siguió saboreando mi miembro hasta que por fin me he corrido en su boca, viendo como éste se traga todo el líquido gustosamente y sonriente vuelve a acostarse a mi lado en la cama.

- ¿Ya te sientes mejor? – Pregunta con total picardía, dándome un beso en la mejilla, notándolo un poco agotado.

- Con solo tenerte conmigo ya me siento mejor – sonrío, besando ahora su frente – conserva el traje, quiero que volvamos a usarlo cuando ya esté recuperado y pueda responder a tus atenciones como se debe.

- Igual pensaba usarlo mientras te recuperas, pero no suena mal – sonríe dándome un último beso antes de levantarse nuevamente – voy a limpiarte, ya vengo – dice acomodándose la ropa y salir de la habitación por algún paño y algo de agua, ya quiero estar completamente recuperado.


*Yuto*

Mi día a día se ha convertido en una odisea para evitar que Ryosuke descubra la verdadera relación de nuestros padres. Aun cuando ellos saben que él está aquí, sus demostraciones de cariño se han hecho cada vez más evidentes y no los culpo, claro que cuando estás con la persona amada lo que más quieres es estar junto a ella, pero es que sabiendo el cómo podría reaccionar mi novio, deberían de tener un poco más de cuidado.

- Papá ¿cuándo le diremos la verdad a Ryosuke? – Digo aprovechando que mi novio y mi tío han salido a hacer unos recados.

- Eso justamente estuve hablando con Ryo ayer, pero entiende que es difícil.

- Lo sé, Ryo-chan es muy dramático – digo dando un suspiro.

- Tienes un novio muy complicado.

- Es un mimado, mi tío lo educó muy mal.

- Pero Ryo también fue muy mimado, bueno, demasiado por mí – sonrío.

- ¿Y cómo se conocieron?

- ¿No te he contado ya esa historia?

- Sí, pero no sabiendo lo que sé ahora – sonrío, sentándome en el sofá, indicándole a mi papá que se sentara a mi lado.


*Shibutani Subaru* 

Mi familia y yo nos encontrábamos expectantes sobre los nuevos vecinos que llegarían dentro de poco, mi madre había hecho unos onigiri y de vez en cuando nos asomábamos por la ventana para ver si ya llegaban. No podía negar que iba a extrañar a mi amigo Shingo, con quién había pasado hasta esos momentos mis primeros años de infancia.

- Al parecer ya llegaron – dijo mi mamá, haciendo que mi padre y yo nos asomáramos también, viendo salir del auto a un niño precioso, diría que era el niño más hermoso que había visto en mi corta existencia.

Salimos a saludarlos, sintiéndome un poco nervioso al estar tan cerca de ese niño, que era un poquito más bajito que yo y que me sonreía tiernamente.

- Bienvenido, yo soy Subaru – dije haciendo una corta reverencia, inexplicablemente con mi corazón latiendo a mil por hora. El niño se me quedó mirando un rato, en silencio, con sus mejillas sonrosadas.

- Yo soy Nishikido Ryo, es un gusto – dijo abrazando el peluche que llevaba entre sus brazos.

- El gusto es mío – sonreí, sin dejar de mirarlo ningún segundo.

- Subaru, si quieres puedes ir con Ryo-chan a jugar en nuestra casa mientras nosotros ayudamos a sus papás a acomodar las cosas – dijo mi mamá sonriente y sin pensarlo mucho tomé su mano y juntos fuimos hasta mi cuarto, jugando por el resto de la tarde hasta que llegó el momento de que volviera a su casa y con tristeza tuvimos que despedirnos. A partir de ese día nos volvimos muy cercanos y sentíamos que prácticamente no podíamos vivir el uno sin el otro.


*Nishikido Ryo*

Desde el primer momento en que lo vi algo hizo que mi corazón latiera como loco y que casi no pudiera hablar de lo nervioso que estaba, pero todo fluyó con tanta naturalidad que a los pocos minutos de conocernos sentíamos una cierta conexión especial.

Subaru y yo nos volvimos inseparables, íbamos a la misma escuela, hacíamos las tareas juntos y jugábamos en nuestros tiempos libres ya fuera en alguna de nuestras habitaciones o en el patio trasero de mi casa.

Pero al pasar el tiempo me di cuenta de que ese gran cariño que sentía por él se hacía cada vez más intenso y me molestaba de sobremanera que él hablara con otras personas, que no me dedicara el tiempo que yo creía que debía merecer de su parte. Pero aun así y a pesar de todo yo siempre fui lo más importante para Subaru y él también lo ha sido para mí.

- Papá ¿Por qué sonríes tanto? – Pregunta mi hijo mirándome con curiosidad.

- ¿Qué tiene de malo que lo haga?

- Es que comenzaste a hacerlo de la nada.

- Solo estaba recordando algo.

- ¿Qué cosa?

- En cuando conocí a Subaru.

- Ya me la has contado muchas veces.

- Entiendo que no sea especial para ti, pero para mí lo es.

- En verdad que lo quieres mucho – dice sonriente.

- Más de lo que crees – digo riendo al ver su expresión confundida – ya vamos a casa, estoy cansado.

- Yo también, mis piernas ya no pueden más – dice estirándolas un poco, se ve realmente agotado.

- Creo que será mejor que vayamos en taxi – digo levantándome de la banca, extendiendo mi mano para que mi hijo la tomara, quién avergonzado lo hizo sin decir palabra alguna. 

CONTINUARÁ...

1 comentario:

  1. Woooo wooo, no inventes casi me da un paro, primero Ryu que no se deja y luego Ryo que no le confiesa a su hijo la verdad.
    Aaaah! Fue genial, aunque me hubiese gustado ver más avance con Ryu, pero algo es algo.
    Excelente capitulc, animo que aqui esperamos tu avance.

    ResponderEliminar