Ya ha iniciado Noviembre y lamento nuevamente el retraso 😭
Pero bueno, hago esta entrada rapidita para dejarles el capítulo 47 😉
Muchas gracias por el amor y el constante apoyo 💗
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari 😘💘
Que lo disfruten 😃
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 47
*Yasuda Shota*
- Papá… ¿Es necesario que
te vistas así? – Pregunta mi hijo menor mirándome con desagrado al verme entrar
a la sala del comedor.
- ¿Me veo mal?
- No es que te veas mal,
sino que te ves ridículo.
- No le hagas caso papá,
te ves adorable – dice Yuri saliendo de la cocina sonriente.
- Gracias hijo – digo un
poco sonrojado.
- Eres la enfermera más
bonita que mi papá podría tener – dice Yuya, saliendo también de la cocina, abrazando
a Yuri por la espalda.
- Me hacen sonrojar –
sonrío apenado.
- Además yo fui el que
escogió el traje, aunque de ser para mí, hubiese usado uno más…
- ¡No digas nada Yuri! –
Dice Ryutaro fastidiado.
- Ya, ya chicos, no
avergüencen a Ryutaro – digo abrazando a mi pequeño, aunque ya me sobrepasa en
altura - ¿Ya está listo el desayuno Yuri?
- Sí, ya lo he puesto en
la bandeja.
- Gracias – digo yendo
hasta la cocina, tomando la bandeja y caminando con cuidado de no tropezarme a
la habitación que comparto con mi esposo.
*Yuri*
- Me hubiese encantado
verte de enfermera sexy – dice mi novio dándome un delicado beso en la mejilla,
mientras estoy terminando de preparar el desayuno para ambos.
- ¿Y tú qué serias? –
Digo apagando el fuego y volteándome para quedar frente a frente con él,
rodeando su cuello con mis brazos - ¿El paciente o el Doctor?
- El Doctor – sonríe con
picardía – y hacerle un chequeo diario a la linda enfermera – dice comenzando a
acariciar mi trasero, haciéndome gemir.
- ¡Ustedes son unos puercos!
– Dice Ryutaro molesto – ¿Se les olvida que yo estoy aquí?
- Lo siento – digo
separándome de mi novio aun sin querer hacerlo – es que cuando estamos juntos
se nos olvida el resto.
- Esas son tonterías.
- Claro, tú no lo
entiendes porque nunca te has enamorado.
- No sé qué hago
perdiendo el tiempo aquí contigo, tengo tarea que hacer – dice antes de salir.
- ¿A éste qué le pasa?
- Ya sabes cómo es él mi
amor – dice Yuyan volviéndome a abrazar por la espalda - ¿en qué habíamos
quedado?
- En que ibas a
chequearme – digo sonriente, aprovechando la posición para rozar mi trasero con
su entrepierna, sintiendo que ya se está endureciendo.
- Pero no quiero que lo
hagamos acá – dice moviendo su cadera un par de veces antes de apartarse,
haciéndome gemir por tan placentero acto.
- Creo que es un buen día
para estar fuera de casa – digo sonriente, besándolo fogosamente.
*Ryutaro*
- Son todos una parranda
de pervertidos – digo murmurando camino a mi habitación, sintiendo de repente
un tirón, terminando en brazos del idiota pervertido a quién lo alejo de mí de
un empujón - ¿Pero qué haces? – Digo molesto.
- Perdón ¿te asuste?
- Claro que sí idio… -
Callo al sentir la palma de su mano sobre mi boca.
- No hables tan fuerte.
- ¿Qué quieres? –
Pregunto con un poco más de calma, aunque de pensar en estar con él en su
habitación me pone de los nervios.
- Quería estar a solas
contigo – dice con esa sonrisa de idiota.
- ¿Y para qué?
- ¿En serio lo preguntas?
Ya te he dicho lo que siento por ti.
- ¿Y qué quieres que te diga?
Me interesa bien poco si te gusto, ese es tu problema – digo volteándome para
salir, pero él vuelve a rodearme entre sus brazos.
- ¿Qué sientes por mí? –
Dice en un susurro muy cerca de mi oído, haciéndome temblar.
- Creo que ya te lo he
dejado claro muchas veces…
- No me ha quedado claro
– dice volteándome para sorpresivamente besarme con lentitud, sólo nuestros
labios rozándose, sintiendo mi respiración chocar con la de él.
Pero no puedo dejar que
el idiota pervertido se salga con la suya y me siga humillando, así que sin
ningún titubeo golpeo fuertemente su entrepierna con mi rodilla, haciéndolo
caer al suelo de inmediato, disfrutando de verlo tan indefenso y adolorido.
- Espero que con esto
entiendas de una vez por todas que no me interesa tener algún tipo de relación
contigo aparte de la de ser hermanastros, que me disgusta de hecho.
- Puedes insultarme,
golpearme y hasta matarme si quieres – dice al poco tiempo, sonriendo de una
manera que me ha hecho sentir escalofríos – pero eso no va a cambiar en nada lo
que siento por ti y yo sé que tú también sientes lo mismo – dice finalmente,
sin dejar de sonreír y sin pensarlo más salgo de la habitación, directo hacia
la mía, encerrándome con seguro.
*Yasuda Shota*
- ¿Ya te he dicho que te
ves precioso de enfermera?
- Sí – sonrío – me lo has
dicho desde que entré a la habitación.
- Pero es que es verdad –
sonríe - ojalá todas fueran tan bonitas y atentas como tú.
- Entonces estarías
coqueteando con todas – digo un poco molesto.
- No te enojes - dice
tomando suavemente mi mano – yo solo tengo ojos para ti y me frustra tanto
verte tan lindo y no poder hacer cosas contigo.
- Pero es por tu bien,
aunque… También extraño hacerlas… - Me estremezco al sentir su mano por debajo
de la falda.
- Supongo que no habrá
problema si te toco un poco – dice acercándola cada vez más a mi miembro.
- No creo que lo haya –
digo acercando mi rostro al suyo para besarlo dulcemente, acostándome a su lado
sobre la cama, no quiero lastimarlo si me acomodo encima – Además tengo que
revisar muy bien al paciente – sonrío, comenzando a desabotonar lentamente la
camisa de su pijama, acariciando la piel que queda expuesta – solo deja que yo
me encargue de todo.
Vuelvo a apoderarme de
sus labios de una manera más demandante, llevando mi mano derecha hacia una de sus tetillas, endureciéndola con
mi tacto.
*Okura Tadayoshi*
- Yasu… - Suspiro acomodándome
de medio lado con cuidado.
- Yoshi… No te esfuerces.
- Tranquilo, es que así
se me hace un poco más cómodo – sonrío, llevando nuevamente mi mano por debajo
de su falda, apretando su trasero un poco - ¿No llevas ropa interior? –
Pregunto volviendo a apretar.
- Es que no tenía nada
adecuado para este traje – dice un poco avergonzado, es tan adorable.
- Eso se me hace muy sexy
– digo llevando mi mano a su miembro, rodeándolo y masajeándolo, sintiendo
rápidamente su dureza.
- No es justo… - Dice
entre jadeos – se supone que yo debo atenderte – dice haciendo un adorable
puchero, rozando mi miembro por encima del pantalón, jadeando entre besos.
- Sí, pero noto que tú
también requieres de atención y urgente – digo apretando un poco su glande con
mi dedo pulgar, sacándole un sonoro jadeo – Shhh, no seas tan escandaloso, los
niños están en casa.
- Creo que en estos
momentos eso es lo que menos me importa – dice moviendo su cadera, haciendo que
intensifique el movimiento de mi mano sobre su miembro, al mismo tiempo que logra liberar el mío de su
prisión, rozándolos ambos intensamente, hasta conseguir que su semen saliera
primero, salpicando mi miembro.
Mi esposo me besó
ferozmente y luego de eso, me volvió a acomodar en la posición que tenía
minutos antes, pasando sus labios y su lengua por todo mi torso hasta llegar a
mi miembro que se encuentra todavía erecto, acomodando su cabeza en medio de
mis piernas y luego de una placentera lamida desde la base hasta la punta, se
lo introdujo entero, haciendo que grite de placer, llevando mis manos a su
cabeza, marcándole el ritmo que deseo, al cual él cede completamente gustoso.
Siguió saboreando mi
miembro hasta que por fin me he corrido en su boca, viendo como éste se traga
todo el líquido gustosamente y sonriente vuelve a acostarse a mi lado en la
cama.
- ¿Ya te sientes mejor? –
Pregunta con total picardía, dándome un beso en la mejilla, notándolo un poco
agotado.
- Con solo tenerte
conmigo ya me siento mejor – sonrío, besando ahora su frente – conserva el
traje, quiero que volvamos a usarlo cuando ya esté recuperado y pueda responder
a tus atenciones como se debe.
- Igual pensaba usarlo
mientras te recuperas, pero no suena mal – sonríe dándome un último beso antes
de levantarse nuevamente – voy a limpiarte, ya vengo – dice acomodándose la
ropa y salir de la habitación por algún paño y algo de agua, ya quiero estar
completamente recuperado.
*Yuto*
Mi día a día se ha convertido
en una odisea para evitar que Ryosuke descubra la verdadera relación de
nuestros padres. Aun cuando ellos saben que él está aquí, sus demostraciones de
cariño se han hecho cada vez más evidentes y no los culpo, claro que cuando
estás con la persona amada lo que más quieres es estar junto a ella, pero es
que sabiendo el cómo podría reaccionar mi novio, deberían de tener un poco más
de cuidado.
- Papá ¿cuándo le diremos
la verdad a Ryosuke? – Digo aprovechando que mi novio y mi tío han salido a
hacer unos recados.
- Eso justamente estuve
hablando con Ryo ayer, pero entiende que es difícil.
- Lo sé, Ryo-chan es muy
dramático – digo dando un suspiro.
- Tienes un novio muy
complicado.
- Es un mimado, mi tío lo
educó muy mal.
- Pero Ryo también fue
muy mimado, bueno, demasiado por mí – sonrío.
- ¿Y cómo se conocieron?
- ¿No te he contado ya
esa historia?
- Sí, pero no sabiendo lo
que sé ahora – sonrío, sentándome en el sofá, indicándole a mi papá que se
sentara a mi lado.
*Shibutani Subaru*
Mi
familia y yo nos encontrábamos expectantes sobre los nuevos vecinos que
llegarían dentro de poco, mi madre había hecho unos onigiri y de vez en cuando
nos asomábamos por la ventana para ver si ya llegaban. No podía negar que iba a
extrañar a mi amigo Shingo, con quién había pasado hasta esos momentos mis
primeros años de infancia.
-
Al parecer ya llegaron – dijo mi mamá, haciendo que mi padre y yo nos
asomáramos también, viendo salir del auto a un niño precioso, diría que era el
niño más hermoso que había visto en mi corta existencia.
Salimos
a saludarlos, sintiéndome un poco nervioso al estar tan cerca de ese niño, que
era un poquito más bajito que yo y que me sonreía tiernamente.
-
Bienvenido, yo soy Subaru – dije haciendo una corta reverencia,
inexplicablemente con mi corazón latiendo a mil por hora. El niño se me quedó
mirando un rato, en silencio, con sus mejillas sonrosadas.
-
Yo soy Nishikido Ryo, es un gusto – dijo abrazando el peluche que llevaba entre
sus brazos.
-
El gusto es mío – sonreí, sin dejar de mirarlo ningún segundo.
-
Subaru, si quieres puedes ir con Ryo-chan a jugar en nuestra casa mientras
nosotros ayudamos a sus papás a acomodar las cosas – dijo mi mamá sonriente y
sin pensarlo mucho tomé su mano y juntos fuimos hasta mi cuarto, jugando por el
resto de la tarde hasta que llegó el momento de que volviera a su casa y con
tristeza tuvimos que despedirnos. A partir de ese día nos volvimos muy cercanos
y sentíamos que prácticamente no podíamos vivir el uno sin el otro.
*Nishikido Ryo*
Desde
el primer momento en que lo vi algo hizo que mi corazón latiera como loco y que
casi no pudiera hablar de lo nervioso que estaba, pero todo fluyó con tanta
naturalidad que a los pocos minutos de conocernos sentíamos una cierta conexión
especial.
Subaru
y yo nos volvimos inseparables, íbamos a la misma escuela, hacíamos las tareas
juntos y jugábamos en nuestros tiempos libres ya fuera en alguna de nuestras
habitaciones o en el patio trasero de mi casa.
Pero
al pasar el tiempo me di cuenta de que ese gran cariño que sentía por él se
hacía cada vez más intenso y me molestaba de sobremanera que él hablara con
otras personas, que no me dedicara el tiempo que yo creía que debía merecer de
su parte. Pero aun así y a pesar de todo yo siempre fui lo más importante para
Subaru y él también lo ha sido para mí.
- Papá ¿Por qué sonríes
tanto? – Pregunta mi hijo mirándome con curiosidad.
- ¿Qué tiene de malo que
lo haga?
- Es que comenzaste a
hacerlo de la nada.
- Solo estaba recordando
algo.
- ¿Qué cosa?
- En cuando conocí a
Subaru.
- Ya me la has contado
muchas veces.
- Entiendo que no sea
especial para ti, pero para mí lo es.
- En verdad que lo
quieres mucho – dice sonriente.
- Más de lo que crees –
digo riendo al ver su expresión confundida – ya vamos a casa, estoy cansado.
- Yo también, mis piernas
ya no pueden más – dice estirándolas un poco, se ve realmente agotado.
- Creo que será mejor que
vayamos en taxi – digo levantándome de la banca, extendiendo mi mano para que
mi hijo la tomara, quién avergonzado lo hizo sin decir palabra alguna.
CONTINUARÁ...
Woooo wooo, no inventes casi me da un paro, primero Ryu que no se deja y luego Ryo que no le confiesa a su hijo la verdad.
ResponderEliminarAaaah! Fue genial, aunque me hubiese gustado ver más avance con Ryu, pero algo es algo.
Excelente capitulc, animo que aqui esperamos tu avance.